Una sencilla ruta que parte de Villamayor y que nos lleva en poco más de dos kilómetros hasta la cascada del Chorrón. Desde aquí continuaremos otro par de kilómetros, con algo de desnivel, hasta llegar a las ruinas de la antigua aldea de La Cueva.
Detalles de la ruta ⥨
☙ Ubicación: Villamayor, Piloña, Asturias
☙ Itinerario: Villamayor - Barrio de la Carua - área recreativa de Villamayor - Cascada del Chorrón - Aldea de la Cueva - Villamayor
☙ Distancia: 8,6 km aprox. ida y vuelta
☙ Distancia: 8,6 km aprox. ida y vuelta
Nos dirigimos hasta el pueblo de Villamayor y tras pasar la Iglesia de San Pedro, tomamos el desvío a la derecha, siguiendo la indicación al área recreativa. Continuamos de frente hasta llegar a una plazoleta en la que vemos ya el panel informativo. Aquí dejamos el coche.
Caminamos por la carretera en dirección al área recreativa de Villamayor y atravesando el Barrio de La Carua. Tras cruzarlo tomamos una pista que va a la vera del Río Pequeñu o de la Cueva, el cual nos irá acompañando durante gran parte del viaje.
Caminamos por la carretera en dirección al área recreativa de Villamayor y atravesando el Barrio de La Carua. Tras cruzarlo tomamos una pista que va a la vera del Río Pequeñu o de la Cueva, el cual nos irá acompañando durante gran parte del viaje.

El trayecto está lleno de pequeñas sorpresas que ralentizan nuestro paso. O más bien el mío, y es que no dejo de encontrar cosas que fotografiar.

Con la cámara al cuello para no perderme nada, seguimos avanzando por el bosque hasta encontrarnos con un puente de madera por el que tenemos que pasar. Y es que el río atraviesa el camino y lo hace muy resbaladizo.
Muy cerca de éste nos encontramos con un segundo puente, que al igual que el primero, nos facilita el paso evitando el resbaladizo suelo.
Cruzamos por él y enseguida llegamos al área recreativa de Villamayor, un amplio área con varias mesas, una zona de juegos con columpios, y alguna corrá. Las corrás o cuerrías son construcciones circulares de piedras que se usaban para secar los oricios de las castañas. Un cartel indicativo nos explica el uso de este fruto en la cultura asturiana.
También nos llama la atención un pequeño altar en el que reposa la Virgen de la Cueva.
También nos llama la atención un pequeño altar en el que reposa la Virgen de la Cueva.
Dejamos atrás el área y llegamos al tercer y último puente del día. Éste, a diferencia de los anteriores, es más antiguo y de piedra.
En pocos metros llegamos a una bifurcación. Tomamos el camino a la izquierda y vemos una pequeña caseta de piedra. Desde aquí ya escuchamos el melodioso sonido del agua.
Y es que, unos pasitos más adelante, y escondida entre los árboles, se encuentra la bonita Cascada El Chorrón.
Este rincón tan mágico, en el que seguro habita algún que otro ser de la mitología asturiana, nos parece el lugar perfecto para hacer nuestra parada a comer.
Tras reposar un poco la comida y con un pequeño pesar por dejar un lugar tan idílico, cogemos los bártulos y nos vamos a conocer la antigua aldea de La Cueva.
Para llegar a ella hay dos opciones. Se puede desandar unos metros hasta la bifurcación y coger el camino de la derecha hasta llegar a una desviación a la collada la doca. O bien subir por un lateral de la cascada y desviarse a la derecha hasta llegar a la misma desviación con indicaciones a la collada la doca. Nosotros optamos por esta última opción.
Tras pasar una portilla metálica y subir unas escaleras, llegamos a un collado. A partir de aquí el sendero adquiere algo de desnivel hasta llegar a la aldea en apenas 2 kilómetros.
Para llegar a ella hay dos opciones. Se puede desandar unos metros hasta la bifurcación y coger el camino de la derecha hasta llegar a una desviación a la collada la doca. O bien subir por un lateral de la cascada y desviarse a la derecha hasta llegar a la misma desviación con indicaciones a la collada la doca. Nosotros optamos por esta última opción.
Tras pasar una portilla metálica y subir unas escaleras, llegamos a un collado. A partir de aquí el sendero adquiere algo de desnivel hasta llegar a la aldea en apenas 2 kilómetros.

Vamos subiendo dejando atrás el río y la cascada y en el trayecto nos encontramos con un par de bancos en los que descansar si se necesita, o simplemente para sentarte a contemplar las vistas.

Poco a poco vamos avanzando por el collado hasta encontrarnos con un curioso árbol que nos da la entrada a una zona boscosa, con bastantes ortigas y varios troncos partidos.
De pronto llegamos a una zona en la que se aprecian dos caminos. Hay que seguir de frente, por un sendero empinado, en lugar de tirar hacia la izquierda. Nosotros nos dimos cuenta tarde.
Sin estar seguros de por donde tirar, tomamos el camino de la izquierda hasta que llegamos a una zona sin salida. Dándonos cuenta de la equivocación, regresamos sobre nuestros pasos pero alguien se interpone en el camino.
Sin estar seguros de por donde tirar, tomamos el camino de la izquierda hasta que llegamos a una zona sin salida. Dándonos cuenta de la equivocación, regresamos sobre nuestros pasos pero alguien se interpone en el camino.
Con la mirada nos deja claro que no se va a mover, así que tenemos que desviarnos un poquito para pasar por delante, sin que nos quite el ojo de encima ni un momento.
De vuelta al cruce de caminos tomamos el otro sendero y ya vemos unos hitos indicando el camino y que antes no vimos. Sabiendo que ahora ya vamos bien, continuamos hasta llegar a las ruinas de la aldea de La Cueva.
De vuelta al cruce de caminos tomamos el otro sendero y ya vemos unos hitos indicando el camino y que antes no vimos. Sabiendo que ahora ya vamos bien, continuamos hasta llegar a las ruinas de la aldea de La Cueva.
Abandonamos el lugar para ir en busca de la cueva. Unos metros más adelante, casi oculta por la maleza, vemos su entrada. Es una cueva pequeña y poco profunda, pero merece la pena entrar a investigar. Eso si, hay que tener cuidado al acercarse a ella, ya que está custodiada por bastantes ortigas.
Con la tarde cayendo ya sobre nosotros comenzamos el descenso y sumamos un nuevo camino mágico a la lista.
¡Enseguida a por el siguiente!
¡Enseguida a por el siguiente!
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