domingo, 14 de abril de 2019

Les foces del Nozalín



Un precioso recorrido por el interior del extenso Parque Natural de Redes. Parque declarado Reserva de la Biosfera y cuya superficie abarca los concejos de Caso y de Sobrescobio.  Es a este último municipio al que nos dirigimos hoy. 

Detalles de la ruta ⥨ 

☙ Ubicación: Soto de Agues, Sobrescobio, Asturias
☙ Itinerario: Soto de Agues - San Andrés de Agues - Foces del Nozalín - Collado Los Fresnos - Porciles - Los Garbanceros - Pontón de Retortorio - Puente de Precia la vara - Ruta del Alba - Soto de Agues 
☙ Distancia:  13,5 km ida y vuelta aprox.


Nos vamos hasta el concejo de Sobrescobio, más en concreto hasta Soto de Agues. Pueblo que esconde auténticos tesoros de la naturaleza y desde donde dan comienzo varias rutas de montaña, entre ellas una de las más emblemáticas del Principado de Asturias, la bonita Ruta del Alba. 

Pero hoy, nuestros pasos irán a conocer otro rincón único de este paraje, quizá menos conocido, pero totalmente recomendable. Les Foces del Nozalín. 

Dejamos el coche en el gran aparcamiento que hay a la entrada del pueblo y desde el cual llama la atención la torre blanca de la Iglesia Parroquial de San Andrés. Torre que siempre hemos visto de lejos en nuestras anteriores visitas a Soto de Agues, pero que hoy por fin veremos de cerca. Así que sin más miramientos, y con  la cámara ya al cuello, nos encaminamos, paralelos al río Alba, hasta el puente medieval que lo cruza, y que nos llevará hasta la iglesia.
 






Con la bonita vista desde el otro lado del río y dejando el puente atrás, nos despedimos del río Alba por ahora y nos dirigimos hacia la iglesia Parroquial de San Andrés, construida en 1805 y sufragada por los vecinos de Soto de Agues. 




Pasamos por el lateral de la iglesia para encaminarnos hacia San Andrés de Agues.
 





En este punto del camino hacemos un alto para echar la vista atrás y contemplar la preciosa postal que forman el pueblo, con su gran torre blanca y la sierra del Crespón al fondo. 


Retomamos el camino y llegamos a la Ermita de Santa Ana y a una pequeña plaza  en la que vemos el cartel indicativo de la ruta, la Ruta de Cuyargallos, que aunque no es la que vamos a hacer hoy, comparten parte del recorrido.  




Siguiendo las indicaciones y abandonando la población, nos adentramos en una senda  que discurre paralela al río. Cruzamos un puente de hormigón, punto donde se juntan el rio Argayades y el río  Nozalín, y seguimos por la derecha, comenzando una buena subida que nos llevará hasta les foces.
 





Pero antes de llegar al desfiladero, nos encontramos con una  zona de cabañas con unas vistas preciosas de Soto de Agues (nuestro punto de partida), San Andrés y la sierra del Crespón al fondo. Lugar  perfecto para coger aire antes de continuar.
  



Tras el pequeño respiro, seguimos cuesta arriba y vamos adentrándonos poco a poco en les foces del Nozalín. 




Avanzamos a través del desfiladero y el camino poco a poco se va estrechando. Dispone de una barandilla de madera como protección y hay un tramo asfaltado, que le quita un poco de encanto a la zona. 






De vuelta al camino de tierra, nos encontramos con una portilla metálica por donde tenemos que pasar, cerrándola de nuevo tras nuestro paso. A partir del aquí, el sonido del agua, que antes escuchábamos más lejano, cada vez se hace más fuerte. En pocos metros descubrimos el por qué. Escondida entre las ramas aparece la primera cascada del día. 







Nos acercamos más a ella y nos dejamos envolver por el sonido del agua .




Con la cascada a nuestra izquierda, continuamos por la senda que en pocos metros nos sorprende con otro gran salto de agua, esta vez a nuestra derecha. 






Atravesamos la cascada (pasa justo bajo nuestros pies ) y continuamos por un camino más llano y pedregoso que discurre a la vera del río.




Entre  la vegetación y las verdes rocas vemos como se desliza el Nozalín con suavidad, y aunque baja con poca agua, va formando algunos pequeños saltos que intento fotografiar.



Terminado el desfiladero y despidiéndonos de Nozalín, llegamos a una bifurcación, con un camino para ir hasta el Cuyargallos y otro, indicado con un cartel verde, para dirigirse al Collado Los Fresnos. Tomaremos este último y he de decir que la cuesta ¡Se las trae!  Así que nos lo tomamos con calma y aprovecho para ir  fotografiando las flores  que me voy encontrando. 






Dejamos atrás la zona boscosa y sombría y salimos a una pista que nos ofrece una buena vista del Picu Cuyargallos sobresaliendo en el horizonte.





Seguimos con el ascenso  contemplando el extenso valle entre las montañas y ya muy cerquita el Picu Fresnos. A sus pies, se encuentra el collado, lugar elegido para hacer nuestra parada a comer.



Tras una última cuesta y con el sol calentando un poquito, llegamos al collado Los Fresnos.







Una vez aquí me pongo a recorrer el todo collado disfrutando de las diferentes vistas que nos ofrece, mientras mi maridín busca un sitio agradable para comer.

En el centro hay una pequeña laguna que más bien se intuye, ya que está bastante seca. Se nota que no ha llovido mucho últimamente.

Tras bordearla entera llega el momento de descansar. 





Bajo la sombra de un árbol y con la única y agradable compañía del ganado, disfrutamos de la comida y del silencio que reina en el lugar.
 
Nos llama la atención que no haya gente, estamos totalmente solos. Algo curioso, porque seguro que la vecina ruta del Alba se encuentra abarrotada. 

Tras un merecido descanso, nos despedimos del collado y del pico los fresnos y comenzamos el descenso por una pista que sale justo a la izquierda de la laguna. 



Descendemos por un camino hormigonado, con unas preciosas vistas de las montañas y con los insectos revoloteando sobre nosotros. 







Volvemos de nuevo a una pista de tierra y piedras que nos conduce directamente hasta las cabañas de Porciles. 




Las dejamos atrás y tras pasar otra cabaña, llegamos a una fuente que nos depara una pequeña sorpresa. Si antes eran los insectos los que nos saludaban, ahora, pasando casi desapercibida y camuflada con el suelo, aparece una bonita serpiente.  






Dejamos que siga su camino, y nosotros  seguimos con el nuestro, descendiendo ahora por una zona boscosa donde el color verde es predominante. 



Y entre tanto verde aparecen las cabañas adosadas Los Garbanzeros.






Unos metros más abajo empezamos a sentir de nuevo el sonido del agua, en esta ocasión es el río Alba. Tras tomar un desvío a la derecha, caminamos paralelos a la vecina ruta hasta llegar a un puente, sobre el Pontón del Retertorio. Lo cruzamos y nos adentramos en la ya conocida y mencionada Ruta del Alba. 





Como imaginábamos, aquí si que nos encontramos con bastante gente en el recorrido hasta Soto de Agues. 









LLegamos al puente de Prea la vara. Desde aquí hay dos opciones. Podemos cruzarlo y regresar a San Andrés de Agues, o bien seguir de frente en dirección a Soto de Agues. Nosotros elegimos la segunda opción.   





Tras un paseo por el pueblo, con parada en una terracita incluida,  nos encaminamos al coche y nos despedimos de la aventura por hoy. 

¡Enseguida más!

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